El Tango es un fenómeno cultural que nos sigue conmoviendo a todos.
Desde su nacimiento, por 1880, en ambientes lupanarios de las
ciudades-puertos del Plata, a las conquistas de las clases media y alta
de esa misma sociedad, junto a las elites de París y Nueva York, a
comienzos del siglo XX.
La fulgurante aparición de la 'guardia nueva' en los años 20 y la
luminosa figura de Carlos Gardel, que lo pasea por los principales
escenarios del mundo y lo proyecta al cinematógrafo. Después, como el
ave Fénix, parece morir y renacer, como ocurrió con la estupenda
pléyade de autores e interpretes de los años 40. Y cuando en los
sesenta se le suponía gonizante, vuelve al primer plano, con Piazolla a
la cabeza. Hasta que hoy renace otra vez, con insólita pujanza, como lo
fué al nacer: un baile, una forma única de pareja abrazada, llevada por
su fascinación.