Si fuera necesario definir al Defensor del Pueblo con un nombre y un semblante, éste se asemejaría, sin la menor duda, al de un paladín de los derechos y libertades en la sociedad moderna, que emerge con claridad como una de las tendencias del Derecho Constitucional contemporáneo. Ha sido, precisamente, la constatación de las deficiencias mostradas por el control judicial y parlamentario ello unido al desmesurado crecimiento de la Administraci...