Hasta hace unos años para ser un buen director bastaba con ser un buen gestor, pero la creciente complejidad de los centros educativos exige cada vez más directores mejor formados y con mayores capacidades de análisis, comprensión, gestión de recursos materiales y humanos, dinamización, liderazgo pedagógico, etc. Se tiende cada vez más a la profesionalización de la función directiva, puesto que además se ha demostrado que un buen liderazgo eje...