En este cuarto volumen se estudia el desarrollo del arte mudéjar en Castilla y León, un territorio en donde nunca hubo un dominio estable del Islam, lo que explica que su influencia llegara por caminos indirectos. Se trata de un estilo en el que se fundieron componentes originarios del arte hispanomusulmán con los propios de los estilos europeos coetáneos, el románico y el gótico. En el capítulo primero se analizan las características generales del estilo y las manifestaciones de la arquitectura religiosa, plasmada en numerosas iglesias rurales, localizadas ante todo en la zona media del valle del Duero. En el segundo se contemplan los edificios de tipo cortesano, en particular los palacios, de los que, por otra parte, sólo quedan escasos restos. El tercer capítulo pasa revista al riquísimo muestrario de las artes aplicadas mudéjares. El libro está ilustrado con una gran selección de magníficas fotografías en color y contiene numerosos planos y alzados de los monumentos.