¿Cómo moverse entre
la memoria y lo fantástico?, ¿entre los recuerdos de una época que aún
pesa como cicatriz en la piel y aquello posible que roza lo alegórico?
Los relatos de Callejón con salida conforman un claroscuro en el que
ambos universos conviven. Y es que, una vez más, la escritura de Elsa
Osario se pone a disposición de un mundo para narrarlo en sus infinitas
posibilidades, tanto en su dolor más tangible como en aquello que late
sin poder expresarse con palabras. Los cuentos de este volumen fueron
escritos en dos épocas bien distintas. Por un lado, "El hombre de
Balmes", "Joy" o "Su pequeño y sórdido reino" son el correlato de días
en los que la censura imponía sus silencios, sus terrores: los años
setenta y las formas de decir aquello que no se podía gritar. Por otro,
"Llanto", "Ahitá" o "Padre y patriota" son algunos de los que surgieron
dos décadas más tarde, cuando la distancia con lo ocurrido de a poco
acomodaba cada cosa en su lugar. Sin embargo, en sintonía con su tiempo o
mediados por el paso de los años, en cada uno de los textos de Osorio
se deja ver una salida: el triunfo de la vida y de la verdad por sobre
todas las cosas, de la mano de una de las narradoras más importantes y
comprometidas de la Argentina.