La literatura y el deporte unen su camino en una misma carrera desde las olimpiadas helénicas. El deporte, como expresión de la pasión que nos une, de la competencia que su esfuerzo impone, de lo heroico y lo trágico, ha sido motivo de canto, crónica o narración. Muestra de ello es esta antología, en la que los cuentos tienen como meta que su lector se sienta partícipe de las más grandes hazañas del atletismo y del fútbol, del baloncesto y del boxeo, del ciclismo y de la hípica... en una palabra: se sienta olímpico.
Esta selección, preparada por Viviana Paletta y Javier Sáez de Ibarra y prologada por Néstor Ponce, reúne cuentos de A. Arango, C. Bernatek, P. Bouzas, C. J. Cela, J. Ferrero, A. Ibarrola, J. L. López, H. Mata, J. C. Mondragón, S. Ocampo, A. Peña, M. Peraile, C. Peri Rossi, R. Piglia, V. Piñera, Á. Pombo, N. Ponce, O. Prego, R. Roa, F. Savater
¿[El deporte] es una lección de vida, porque aúna las alegrías y las tristezas, las victorias y las derrotas, porque sublima al protagonista en las situaciones límite y conflictivas, teje amistades que duran toda la vida, se asemeja a una catarsis y hasta consigue ¿probablemente a su pesar¿ que se le compare con los rituales. Por esta rara transmutación, el protagonista no es el único actor de un acontecimiento deportivo puntual. Al contrario, el héroe comparte su aventura con la colectividad, con la hinchada y con los admiradores, que se identifican con él y viven la aventura como si tratara de una experiencia propia que moviliza el pasado, la infancia y la juventud, aventura acompañada de proezas repetidas, en nuestra época, por la radio y la televisión y que se vivían cotidianamente en la esquina de la casa o en el campo de deportes cercano.¿

Del prólogo de Néstor Ponce