Este libro te dice mucho sobre la lectura rápida y la fotografía. Se encuentra en una posición privilegiada desde la que puede seguir aumentando su velocidad de lectura manteniendo el mismo ritmo de comprensión del texto. El curso es complejo, pero puedes elegir exactamente las técnicas que más te convengan. Todas estas técnicas pueden reducirse a dos o tres técnicas principales que hayas visto que te funcionan y que puedes seguir explorando y, por qué no, mejorando.
La lectura rápida puede condensarse en una sola frase, pero eso no cambia los hechos. Si quiero ir al gimnasio porque quiero tener un cuerpo trabajado y el entrenador me enseña los ejercicios que tengo que hacer en una sesión, eso no significa automáticamente que me vaya a ver bien. Una cosa es aprender la técnica en unos minutos y otra hacer ejercicio todos los días.
Necesitas fuerza de voluntad, disciplina y determinación para repetir los ejercicios básicos a diario. Sin un esfuerzo constante no se consiguen resultados. Si vas al gimnasio tres veces por semana, empiezas a crear un hábito, y este hábito te ayuda a vivir en la cultura del deporte. Estar conectado con la información de ese deporte y ser capaz de generar tanto entusiasmo que contrarreste tus ganas de abandonar la lucha y volver a tu zona de confort. Por eso escribí sobre la lectura rápida, para empezar a vivir en la cultura de este maravilloso campo.
Tienes la lectura rápida de tu lado. Con él, puedes llegar a romper la barrera de las 1000 palabras por minuto. Eso significa que podrás leer cuatro veces más rápido que la persona media con la misma o incluso mejor comprensión del texto.