En un equipo, disponer de grandes jugadores puede ser tanto una bendición como un dolor de cabeza. Si bien el talento acerca a la victoria, el fútbol no se cansa de demostrar que no siempre gana el que cuenta con mejores individualidades y que es necesario lograr un buen funcionamiento colectivo. Para los entrenadores, ahí está el desafío: complementar y rodear correctamente a las figuras para ubicarlas en un escenario en el que puedan lucirse. Las Copas del Mundo han dejado muchos ejemplos destacados en este aspecto, con técnicos capaces de acompañar a las estrellas para completar la constelación. Desde el conjunto de Brasil en México 1970 hasta la histórica España del juego con balón, con paradas en la Naranja Mecánica dirigida por Rinus Michels en 1974 y la Argentina de Carlos Bilardo en México 1986, por ejemplo, este libro las recopila y analiza en profundidad, con imágenes, ilustraciones y videos.