Desde finales de los años ochenta, España se ha convertido en un país de inmigración, un país de destino para numerosas mujeres dispuestas a trabajar en los empleos más desvalorizados socialmente. Mujeres inmigrantes, empleadas domésticas y cuidadoras de niños y ancianos están de moda en los discursos político y científico en la España actual. Esta emigración femenina nos recuerda el periplo vital que protagonizaron en los años setenta las jóvenes españolas que emigraron a París para trabajar como empleadas domésticas y porteras. En este libro, que rescata del olvido aquella diáspora femenina, se aborda la reconstrucción biográfica de una migración que en su día constituyó un factor clave para el desarrollo español: una historia cuyas protagonistas son las españolas que abandonaron la península cargadas de coraje y de sueños de éxito social, y que en la ciudad de la luz encontraron el resplandor de unos francos ahorrados durante años y la opacidad de una vida cotidiana sometida a la estricta disciplina de la frugalidad y el trabajo. El carácter de este modelo migratorio tiene gran interés, pues permite evaluar las trayectorias de los emigrantes y proporciona valiosas enseñanzas para comprender los flujos migratorios de los últimos años.