Decir que "Gorka" es una obra sencilla, faltaría a la verdad, el autor ha creado un personaje encantador, en un sentido poco proporcional a la palabra, porque no es precisamente el encanto de su protagonista lo que nos lleva a sentir cierta simpatía por él. Es la firme lógica de saber que incluso después de haber leído cientos de libros sobre vampiros, y haber visto muchas más películas, Gorka nos haga estremecer como no ha conseguido ningún personaje de terror en muchos años. El autor ha conseguido, en esta obra, alcanzar un clímax totalmente inesperado, y es que "Gorka" no se parece a ningún otro personaje, en la historia de la literatura. El autor hace cada detalle importante, cada párrafo un mundo, y cada momento adquiera vida propia. En sus manos, resuelve realidad y fantasía, con la intensidad de una fuerza totalmente mística, como si el proceso de creación de cada frase nos llevara a una conclusión aún mayor, y es la certeza de que "Gorka" no va a dejar indiferente a nadie.