Su libro, "La palabra todavía implícita", termina entrelazándose con las actitudes existenciales que se enfatizan en el contexto de sus poemas y reflexiones, ya sea mediante la relación dialéctica que crea con el lenguaje, o con la perturbación misma que se reproduce y se traduce en pensamientos. Sin duda, Marlo Arturo Urueta sabe cómo reivindicarse en ese proceso creativo suyo en el que la realidad se ve alterada por sus sentimientos y por sus visiones interiores, las cuales estarán, en el fondo de su obra. En definitiva, resulta muy difícil de encasillar su estilo dentro de una corriente literaria concreta. Quizá su forma de escribir está enmarcada dentro de los parámetros libres de la composición, lo que hace que sus historias adquieran independencia, pero a su vez se muestren como materia de análisis por parte del lector. Sin embargo, lo que el mismo nos presenta es un universo psicológico mucho más trascendental, donde se refleja de manera muy tranquila, pero a la vez tensa, la soledad y el mundo aislado que el mismo mantuvo en su vida personal. La intensidad insuperable de sus poemas y reflexiones, así como la de sus novelas, no exhibe un drama existencial o de indignación en concreto, sino una poética observadora. Es por eso, que sus escritos se convierten en otra variación dentro del filón modernista sin estridencias en la fórmula literaria. Marlo Arturo, no sólo le da un alto sentido a lo estrictamente ordinario, sino también una apariencia innita a lo más nito de las relaciones humanas y, a través de La palabra todavía implícita, se deja expresar.