Excerpt from La Revista de Buenos Aires, 1869, Vol. 18: Historia Americana, Literatura, Derecho y Variedades, Periódico Dedicado Á la República Argentina, la Oriental del Uruguay y la del ParaguayCuando Sucre escribió al general don Enrique Marti nez su carta de 6 de Mayo de 4825, desde Lima, la patria del Libertador podia considerarse relativamente segura: al tender su mirada de Cóndor sobre el Perú, no debió ser sin embargo ajeno al pensamiento de Bolivar, hacer invul nerable el Sur (le Colombla. Fué en estas circunsfiancias cuando envio a Sucre á Lima con la mision de que es uno de muchos detalles la carta que tanto honra al general Mar tinez. Y para ahorrar esplicaciones desautorizadas de aquel periodo histórico, nos'limitarémos á trascribirla aprecia cion de Restrepo en la historia de lo Revolucion de la Re pública de Colombia, t. 5, p. 505: ¡bajo las órdenes del Libertador (dice) habia en Quito un gefe superior, civil y militar, cuya autoridad sc estendia sobre los tres departa mentos Puelo primero el general Sucre, cuyos taleir tos para el gobierno y administracion de los pueblos, se comenzaron a distinguir desde aquella época. Llamado por el Presidente á Guayaquil, le sucedió el general Bartolomé Salom, bien conocido en el Ejército Colombiano por el es piritu de órden que presidia á sus operaciones, ypor la honrosa probidad que le distinguian. Til gefe superior del Sur tenia una grande in¿uencia en la defensa del pais, y en los preparativos militares para la guerra del Perú.About the PublisherForgotten Books publishes hundreds of thousands of rare and classic books. Find more at www.forgottenbooks.comThis book is a reproduction of an important historical work. Forgotten Books uses state-of-the-art technology to digitally reconstruct the work, preserving the original format whilst repairing imperfections present in the aged copy. In rare cases, an imperfection in the original, such as a blemish or missing page, may be replicated in our edition. We do, however, repair the vast majority of imperfections successfully, any imperfections that remain are intentionally left to preserve the state of such historical works.