Luego del descubrimiento de América, en el Caribe se agotaron muchos de sus recursos más importantes: sus habitantes, primero, y sus riquezas minerales, después, pero, como si la historia del Caribe español lo hubiese tramado a favor del futuro turístico de la región, todo resultó en una herencia histórico - cultural caleidoscópica necesaria en cualquier destino turístico, especialmente cuando se estudian sus sistemas de murallas y fortificaciones españolas de los S. XVI al XIX, existentes, en las cuatro ciudades patrimonio de la humanidad incluidas en este trabajo: San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, La Habana y Cartagena de Indias. Este legado común existente en estas cuatro ciudades, hace posible atender las demandas y expectativas de las nuevas exigencias turísticas, resultantes de las tendencias contemporáneas establecidas por los flujos turísticos globales que han traído la industrialización primero, y la globalización más tarde. A estos dos fenómenos, le podemos sumar las consecuencias de los desequilibrios ambientales, socio-económicos y culturales de modelos turísticos vigentes desde la década de 1950.