La historia de Sainra es una de tantas sobre la necesidad de los humanos de tener a alguien que nos cuide y nos guíe, un dios, un líder, una ideología... En este caso, es una civilización, oculta a nuestros ojos pero siempre vigilando el planeta, apoyada por unos dioses que le dan una capacidad tecnológica muy superior a la nuestra. Sainra nos cuida, nos protege de nosotros mismos y supervisa nuestra evolución.
Pero, al igual que nosotros, la estabilidad de Sainra depende de su ideología, un pensamiento frágil que los humanos tiramos por tierra con nuestras acciones y comportamientos constantemente. En un mundo donde la especie dominante parece abocada a la autodestrucción, los sainros dudan de que lo que hacen no esté destinado también al fracaso.
¿No sería mejor salvarse mientras aún hay tiempo?