Un libro de discipulado, para todos los creyentes, ¡otro más!, dirán algunos, pero lo que vamos a presentar es una propuesta de trabajar el discipulado a partir de la Biblia y más específicamente desde los evangelios, recogiendo la experiencia primaria de Jesús. Lo que se propone es ir a las fuentes mismas del discipulado cristiano y a partir de allí desafiarnos a nuestras propias prácticas en la diversidad de contextos donde el Señor nos ha llamado para ser testigos. El discipulado siempre provoca problemas en las congregaciones, a veces los líderes evitan establecer programas de discipulado o realizan esta tarea con un criterio muy personal. El principal temor es que los discípulos crezcan de tal manera que superen a sus líderes. Pero eso es lo que quiere el Señor, que la gente madure su experiencia de fe, que no esté siempre dependiendo de mediadores, ya que sabemos muy bien, que hay un solo mediador y este es Jesús, nuestro Señor. El discipulado siempre nos conlleva más trabajo, ya que no podemos conformarnos con la vida cultural y con los trabajos institucionales, es necesario propender al crecimiento de la iglesia, el que no siempre es un crecimiento numérico.