Cada uno de nosotros es de gran valor para Dios, su reino y la restauración de todas las cosas (Hechos 3: 19-21). Hasta que podamos identificarnos por quién y qué somos en este momento, e identificarnos con quién y qué debemos ser, nunca cumpliremos los planes y propósitos de Dios para nuestras vidas. Cuando sabemos quiénes somos y hacia dónde vamos, podemos trabajar con Dios para convertirnos en todo lo que somos. El mundo necesita que seamos lo que Dios nos ha llamado a ser. Permita que Dios lo lleve a través de las transiciones y los cambios necesarios para que pueda elevarse al nivel que Dios ha establecido para usted. Es hora de un cambio, es hora de una revolución, y es hora de la transición.

Sobre el Autor
Roberto es un apóstol que opera con una gran enseñanza y un don profético.