La autora nos entrega mucho de si misma en cada uno de los versos que forman este exquisito poemario. Y nos expresa su sentir en estas palabras: Con pluma y tinta de sangre escribimos nuestra vida. Cada momento, cada instante está formado con sentimientos y pensamientos que repercuten en el más allá. Siempre he dicho que la tinta es la dueña del papel y compañera de la pluma que va delineando con su divina textura cada deseo y presagio del alma. El efecto de la tinta es que al ser bombardeada desde el corazón hace resplandecer la belleza del ser humano porque de su interior emana luz y vida. Así como el pintor manifiesta todo lo que se desborda de su alma en el lienzo, así el poeta va enmarcando con su tinta la huella indeleble de sus sentimientos en el papel. Es entonces que, entre papel y tinta, corazón y sentimientos se ennoblece el don divino que nos guía en un maravilloso viaje entre las letras.