Kate Reddy está a punto de cumplir cincuenta años. Sus hijos se han convertido en adolescentes imposibles, su madre está delicada de salud y para colmo ha vuelto a ponerse a trabajar después de un largo periodo de tiempo dedicado a la vida hogareña: alguien tendrá que traer el pan a casa ahora que su marido Rich se ha descolgado de la vida laboral para convertirse en un maestro del mindfulness. Sin embargo, justo cuando Kate empieza a poner en práctica algunos truquitos para hacerse valer en su nuevo lugar de trabajo, su antiguo cliente y antiguo amor Jack reaparece en su vida, haciendo que la palabra «complicado» se quede corta para definir toda la situación…
Un día agarro la puerta y me voy es una historia acerca de la entrada en el umbral de los cincuenta, y va de mucho más que de ser capaz de estar en todo: va de descubrir quién eres y qué necesitas para sentirte vivo cuando ya te has acostumbrado a considerarte la última de tus prioridades. Cada una de sus páginas te hará sentir que hay un pedacito de Kate Reddy en todos nosotros, reír y pensar: «Vale, no solo me pasa a mí».