Un viaje inicialmente planeado como breve se extiende por causas inesperadas. La decisión de quedarse casi siempre es también la de irse. Desde que salió de Buenos Aires, Matías tiene el mundo por delante pero la presencia de Ana lo centra en París, porque sabe que las ciudades solo están vivas en las personas. Ana lleva varios años en la ciudad, y panea un recomenzar aferrándose a uno de sus sueños, el más escurridizo, decidida a que no se le pierda esta vez en más postergaciones. Matías y Mario se descubren en una amistad transgeneracional que empieza tímidamente con Paula, siempre presente, siempre lejana.Como escenario, la ciudad que alguna vez fue el espejo de la de ellos, lugar donde se miraron en momentos diferentes, y que les traía a la mente imágenes de un mito conocido, rincones caminados en literatura, y el deseo de hacerlos propios. Lo que se dice no siempre es lo que se siente, lo que se expresa por gestos y silencios puede convocar a las fuerzas más profundas y transformadoras. Fernando M Blasco vuelve a sorprendernos con un relato sobrio y cuidado y a dejar su firma con una narrativa mordaz y desafiante sobre historias cruzadas de sexo, pasión, exilio, amor, soledad y reencuentro en donde se mezclan las contradicciones, los miedos y los deseos siempre presentes en la condición humana.