La tía Berta invita a Mini a pasar unos días con ella. Lo que al principio parecen unos tranquilos días en el campo, no lo serán tanto cuando Mini descubra que dos chicos están atemorizando a unos niños del pueblo. Por supuesto, Mini no va a dejar que los gamberros se salgan con la suya.¡Menuda es Mini!
A veces Moritz, el hermano pequeño de Mini, no es muy buen hermano. Se mete mucho con ella y no para de llamarla larguirucha o superlarga. Puede ser muchas cosas, pero de ninguna manera, es un ladrón. Mini se encargará de demostrarlo.
A mini le gusta ir al colegio, pero le gustaría mucho más si Cornelio no se riera de ella ni la llamara ¿¿larguirucha¿¿. Se acercan las fiestas de carnaval y a Maxi se le ocurre una estupenda idea.
En el tranvía sube tanta gente que Mini pierde a su hermano. De repente, Moritz se baja y Mini no sabe adónde ir. Y ni siquiera tiene dinero para llamar a su casa... La niña debe demostrarse a sí misma de lo que es capaz y a base de preguntar a la gente consigue regresar a su hogar.
A muchos niños les gusta esquiar, pero no a todos. Mini lo odia y no soporta que sus padres le obliguen a ir de vacaciones a la nieve. ¿Qué puede hacer? En la estación de esquí a la que viajan, Mini se hace amiga de un chico que tiene el mismo problema que ella. Juntos idean mil estratagemas para ahorrarse subir a las pistas, hasta que al fin deciden que lo mejor es decir la verdad.
La familia de Mini tiene ganas de ir de vacaciones. A Moritz le encantaría viajar a la playa, pero a mini el sol le sienta fatal. Cómo hacer felices a todos?
Mini quiere mucho a su abuela, a pesar de su mal humor y sus dolores de cabeza, pero cuando descubre que la abuela tiene novio, la verdad es que no le gusta demasiado y se enfada con ella. Pero, poco a poco, va comprendiendo que lo importante es que la abuela sea feliz.